Hablar e intentar expresar lo que queremos transmitir no siempre van acorde.
Muchas veces sucede que mientras nuestra boca dice una cosa, nuestros ojos están expresando lo contrario.
La capacidad que tienen nuestros ojos de «hablar» es muy grande, y eso acompañado de una ceja que se levanta, una nariz que se arruga, unos labios que hacen un gesto, un ceño que se frunce, dicen más aún.
A veces es mejor recibir una señal de este tipo… que comunicarlo.
¿Será porque es más atractivo? O simplemente es más fácil??